ES MOMENTO DE SEPARARSE?
El estado ideal de las parejas consiste en ser felices y disfrutar todas las circunstancias de la vida. El techo, el lecho y la mesa, deben ser escenarios para compartir de una forma agradable, llena de motivación y desarrollo personal para todo el grupo familiar.
Sin embargo, en muchos casos llega un momento en el que es necesario dejar de luchar contra la corriente y admitir que en el pasado fue una relación sana, feliz y plena, pero hoy es causa de ansiedad, sufrimiento y tristeza. El hecho de llevar muchos años juntos o temer a la soledad, no son motivos suficientes para mantenerse infelizmente unidos.
Existen ciertos factores indicadores de que ha llegado el momento de separarse y entre ellos tenemos los siguientes:
1.- ¿Prefieres compartir con los amigos? Anteriormente estaban abandonados y ahora buscas con ansiedad su compañía para lograr desahogarte, dado que ellos te comprenden y no te juzgan.
2.- ¿No tienes deseos de compartir? Lo que una vez fueron confidencias, planes, sueños y proyecciones futuras, quedaron en el pasado y no quieres afrontar más decepciones, discutir ni quedarte en casa, dado el sinsabor de la amargura de permanecer allí.
3.- ¿Muere la pasión? Ese deseo de estar en la intimidad y de satisfacer el instinto natural del débito conyugal ha desaparecido y la pereza sexual se impone en la pareja, perdiéndose en el tiempo ese fuego de amor que un día los unió, jurándose amor eterno.
4.- ¿No tiene celos? De hecho, la idea de que tu pareja puede o pudiera estar viendo a otra persona te resulta liberadora. No es que te mueras de ganas de verlos juntos, pero lo percibes como una salida, una forma de acabar con la infelicidad común, sin tener que asumir la responsabilidad de iniciar la ruptura.
5.- ¿Te sientes solo o sola? Este es uno de los síntomas que más afectan a la pareja y el hecho de compartir aparentemente una vida marital separada por el precipicio del desamor, tiene consecuencias en el desarrollo personal y en el estado mental, a tal punto que a veces la inseguridad atormenta y se hace necesario que el terapeuta o psicólogo brinden orientación para restablecer lo correcto y respetable en tales circunstancias.
6.- Pérdida de la motivación y sufrimiento. Puede suceder que exista amor por parte de uno de los miembros de la pareja pero el otro no siente absolutamente nada. Entonces, para la persona enamorada existe un sufrimiento irreconciliable porque ya no le brindan el afecto necesario. Como consecuencia, se pierden los incentivos para los dos, primero porque frente a la falta de amor no hay correspondencia y segundo porque si no hay afecto, tampoco hay felicidad.
EL DIVORCIO Y SUS CONSECUENCIAS
Debido a las actuales circunstancias que vive la humanidad, muchas relaciones conyugales han presentado dificultades que ocasionan la separación de las parejas. Por esto, es necesario aclarar que los matrimonios contraídos por el rito religioso, tienen como consecuencia jurídica la cesación de los efectos civiles, y los celebrados ante notario o juez, terminan mediante el divorcio pleno y se pueden contraer nuevas nupcias.
En ambos casos puede operar el acuerdo de voluntades para poner fin al vínculo matrimonial, pero cuando esto no sucede, deben probarse las circunstancias en que se dieron las causales de la separación, y es requisito impajaritable, la protección de los derechos de los hijos menores de edad si los hay, y por ende determinar la custodia y la patria potestad, lo mismo que la tasación de los alimentos debidos, la regulación de visitas y demás factores inherentes al futuro de los divorciados, dado que procede la disolución y consecuencial liquidación de la sociedad conyugal.
Es fundamental la asesoría profesional que oriente con sabiduría estos casos, dado que tiene repercusiones patrimoniales y sicológicas no solo para la pareja sino también para los demás involucrados en el divorcio.
